La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina que, aunque suele afectar más a las mujeres, también se puede dar en hombres. La pérdida de orina no es una consecuencia de la edad ni se produce sólo en las mujeres.
A medida que las personas envejecen, la incontinencia urinaria ocurre de forma más frecuente pero como hemos dicho anteriormente no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. En ocasiones, cualquier cambio en el estilo de vida o la dieta pueden aliviar los síntomas de la incontinencia.
Los riñones filtran la sangre y ayudan a eliminar desechos y exceso de líquido del cuerpo. Cuando envejecemos, los riñones y la vejiga también lo hacen con nosotros, por este motivo se puede afectar a su funcionamiento. La vejiga se vuelve menos elástica por lo que no se puede retener tanta orina como antes, los músculos se debilitan. En una persona sana, el envejecimiento de este órgano se produce de forma muy lenta.
La incontinencia en las mujeres se debe en muchas ocasiones a la menopausia, los partos, embarazos...En los hombres puede deberse a la Hiperplasia Benigna de Próstata, obstrucciones urinarias, e incluso enfermedades neurológicas. Por este motivo, es muy importante la consulta temprana con el urólogo y así evaluar la procedencia de la incontinencia y la aplicación del tratamiento más adecuado para mejorar la situación.
La incontinencia urinaria es un problema que afecta a la calidad de vida del paciente, ya que puede limitar sus actividades cotidianas y repercutir de forma negativa a su calidad de vida.
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