Las mujeres no tienen próstata como los hombres, tienen unas glándulas en la parte delantera de la vagina llamadas glándulas de Skene, a las que en algunas ocasiones se refiere como la próstata femenina.
Algunos investigadores han descubierto que las glándulas de Skene comparten propiedades con la próstata masculina. Tanto las glándulas como la próstata contienen antígenos y fosfatos específicos, enzimas indicadoras de la salud de la próstata en los hombres. El descubrimiento de las similitudes de estas glándulas ha derivado en el uso del término “próstata femenina” la cual tiene una función importante en el sistema urinario femenino y en los genitales.
Debido a la poca frecuencia con la que se diagnostica este tipo de cáncer, puede ser difícil que los especialistas lo reconozcan. Muchos de los síntomas como dolor, picores, pérdida de peso y de apetito y anemia, son síntomas de otras enfermedades comunes. Esta sintomatología puede estar relacionada con otras condiciones no cancerígenas de la próstata femenina como:
Los quistes se pueden formar en las glándulas de Skene y pueden desarrollarse a cualquier edad. Cuando no derivan en mayores complicaciones pueden ser quitados por un doctor.
Son muchas las infecciones que pueden producirse en el tracto urinario. Para un médico, es fácil confundir la prostatitis femenina con una infección de la uretra. Algunos estudios, sin embargo, indican que puede ser una infección de las glándulas de Skene. El informe también añade que una infección de esta área requiere un tratamiento totalmente diferente al de otras partes de la zona genital.
El adenofibroma se produce cuando algunos tejidos glandulares o fibrosos del cuerpo aumentan de tamaño. Uno de los síntomas del adenofibroma en las glándulas de Skene es el dolor a la hora de mantener relaciones sexuales.
Estas protuberancias no son cancerígenas y pueden eliminarse con cirugía.
El síndrome del ovario poliquístico ocurre cuando las hormonas femeninas responsables de la reproducción no están en equilibrio. Un paciente con este síndrome puede tener un número más alto de lo normal de hormonas masculinas.
Ciertos estudios indican que las glándulas de Skene tiene un tamaño superior a la media en alguien con síndrome del ovario poliquístico.
Vigilar y revisar estas glándulas y acudir a un especialista cuando alguno de estos síntomas aparecen son gestos que te ayudarán a mantener una buena salud y prevenir complicaciones.
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